Tras cada taller Sapiensex sigo aprendiendo un montón con la gente joven y sobre la juventud y su forma de ver la vida.
Es un enriquecimiento diario y una oportunidad que me ayuda a crecer y también a mejorar en mi trabajo y en el enfoque de los talleres Sapiensex.
Siempre lo pienso cuando salgo de un taller. Ya sea porque el grupo fue estupendo, o me porque me costó un poco más centrar la atención del grupo. Pero en algunas ocasiones es más evidente.
Esto mismo me pasó la semana pasada al salir del taller del IES cuidad de Melilla.
El grupo fue una guinda. Nada más entrar en el aula lo pude advertir:
Iba acompañada de Pepa Antequera Aguilar y Victoria Tejada Luque, Jefa y monitora respectivamente del Negociado de Eventos y Programas Preventivos Juveniles.
Al entrar en el aula varias alumnas se le lanzaron al cuello al grito de “!PEPA!” y sus sonrisas y ojos brillantes revelaban ilusión, sorpresa y admiración por ella.
Más tarde, me enteré de que eran chicas del programa de Dinamización Juvenil en los Distritos que desde el área de Juventud se lleva a cabo.
Después comenzamos el taller. Era un grupo pequeño de 15 chicas y 4 chicos. Pero como decía al principio, un grupo cohesionado, respetuoso y muy dinámico.
Y lo mejor de todo, un grupo que se hacía preguntas y se atrevía a plantearlas en voz alta.
Disfruté mucho con el taller. con sus dudas y reflexiones personalizaron los contenidos que trabajamos y por tanto, éste se ajustó mucho más a sus necesidades.
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Estoy convencida de que ésta implicación tiene que ver con muchos factores, pero uno de ellos, y además muy importante, es que hubiera varias líderes positivas en el aula. Y que también, éstas líderes de grupo fueran chicas que han tenido la oportunidad de participar en los grupos de Dinamización juvenil.
En éstos grupos se fomenta el trabajo en equipo, la capacidad de reflexionar, la empatía, los cuidados el liderazgo… Todo ello valores que, quizás haya personas que los desarrollen de manera innata, pero que el resto, necesitamos una buena base que nos enseñe y guíe para desarrollarlos.
Y con éste grupo he podido comprobar que es así y que !merece la pena!
Al final del taller, después de 2 horas muy intensas de aprendizaje y risas se fueron directamente al orientador de su centro para pedir continuar el taller. Decían que les había encantado poder hablar con tanta naturalidad de todo lo que les inquietaba, que habían aprendido mucho y que querían seguir más tiempo.
Fue una pena terminar el taller, pero la vida es así. Sin embargo, estoy convencida de que aunque la partida hubiera terminado, en éste grupo ya había sembrada una semilla del conocimiento y deseo de ser mejores personas. Y que con Sapiensex simplemente regamos un poquito. Pero que estas chicas serán difusoras de aprendizaje y dinamizadoras de procesos.
Ha sido un placer ver de primera mano cómo el trabajo que se lleva haciendo desde hace más de 3 años, en unión con una buena orientación en el Centro educativo y la sinergia con trabajos puntuales como es Sapiensex, son oportunidades para un sociedad juventud más fuerte y empoderada.
Me ha dado mucha esperanza confirmar lo que ya sabíamos. Todo el mundo somos motor de cambio, es importante tomar conciencia de ello y en la medida de lo posible contribuir con nuestro trabajo, dedicación y pasión. Pues de ésta manera sembramos semillas para un sociedad más sana, justa e igualitaria.