Antes de responder con una afirmación o con una negación, me gustaría que fuerais vosotras y vosotros quienes saquéis vuestras propias conclusiones. Por mi parte, simplemente expondré determinados factores, y os dejaré en el lugar llegar a vuestras propias conclusiones.
Todo el mundo saba que la adolescencia es una etapa de la vida de agitados cambios.
En ésta fase, se pasa de la seguridad de la infancia, donde los y las menores no se cuestionan asuntos profundos, al descubrimiento del “propio juicio”.
Digamos, que durante la adolescencia se descubren puertas que se pueden atravesar, y se desean cruzar.
Estos cambios, que también conllevan crisis no son nada raro, más bien es el modo habitual de ir descubriendo quienes somos verdaderamente. De desarrollar nuestro propio criterio.
El asunto es que estas puertas no se cruzan sin ninguna experiencia a sus espaldas. Y ya sabemos, lo sexualizada que está nuestra sociedad y a la vez, es decir, existe un exceso de información sexual, que se contrapone al gran déficit de formación sexual.
Chicos y chicas llegan a experimentar su sexualidad en la etapa adolescente sabiendo que éste es un tema del que no se habla libremente. De modo, que sus deseos e inquietudes, tenderán a mantenerse en el anonimato y a no reconocerse ante otras personas más experimentadas y maduras que les puedan ayudar. Y sin embargo, creen que ya lo saben todo o casi todo.
Además, en ésta etapa de la vida, existe una fuerte sensación de invulnerabilidad. Piensan que nada les puede pasar, que lo malo sólo le ocurre a las otras personas… De modo que tienden a poner menos atención y/o protección.
Así que nos encontramos con la siguiente ecuación:
Quieren probar
+
Se sienten invulnerables
+
Saben que éste es un tema del que no se habla libremente
=
……………
¿Qué diríais?
Sí, es fácil que cometan conductas de riesgo.
Así que como personas adultas que somos, estaría bien que nos responsabilizáramos de cubrir esas carencias: ya sea a través de libros, juegos como el Sapiensex, charlas… ¡Pero algo hay que hacer!
Yo, por mi parte… os recomiendo jugar a Sapiensex: juego de educación sexual