¿Qué pasa por la cabeza de una niña o un niño que sufre abusos sexuales?, ¿Cómo lo vive años después de pasar por esta situación tan traumática?
Cuando eran peques, no comprendían lo que estaba pasando y tampoco entraban en su cabeza ciertos conceptos. Sin embargo, sí se sentían culpables. Se sienten culpables de algo imposible, pues eso les resulta más fácil de creer. Para ellas tiene más sentido pensar que eran malas a que su papá o el tío o quien fuera abusó de su confianza y de su poder.
Estas niñas, en su mayoría, pero también los niños, esconden los hechos, los camuflan, maquillan, desvirtúan… pero lo que no pueden hacer es esconder lo que sienten, esto sigue latiendo como el primer día, (sienten angustia, rabia inseguridad, miedo…) sólo que, al ser camuflados, maquillados o desvirtuados los hechos, no aciertan a comprender sus emociones.
Son supervivientes de un suceso traumático. Habitualmente lo han tenido que hacer solas, sin el apoyo de nadie, sin ninguna comprensión y con un miedo constante. Por ello, se tuvieron que inventar mil máscaras que les ayudaran a salir adelante.
En el capítulo 17 de Protagonistas de Nuestras vidas os hablaré de estas máscaras y de mi experiencia en terapia con víctimas adultas, de abusos sexuales en la infancia.
Somos psicólogos especializados en sexualidad y en terapia infantil. Es muy importante poner a los niños en manos de especialistas para tratar este tipo de traumas y, lo peor, es que la mayoría de veces esto no se realiza. Es necesario más blogs como este para contar lo que está pasando
Hola, qué cierto, es imprescindible que la terapia esté dirigida por profesionales especialistas y no siempre es fácil encontrarlos. !Gracias por vuestras palabras!
Cuando se hace terapia infantil muchas veces los padres no quieren participar en ellas porque no lo ven necesario. Para poder ayudar al niño hay que ver el entorno y el comportamiento de los padres con él
Es verdad, cuando además, las familias son imprescindibles para seguir reforzando lo trabajado en terapia y para reforzar sus potenciales en la crianza y mejorar en la medida de lo necesario su acompañamiento emocional y estilo educativo. Los padres, las madres… y todas las personas involucradas en la vida de los niños y las niñas son modelos constantes en los que se miran constantemente.
Pero es una suerte cuando sí nos permiten involucrarnos e involucrarles, pues el proceso es mucho más fluido.